Desde que la blogosfera irrumpió en nuestras vidas, muchas chicas saltaron del anonimato a cobrar cifras astronómicas y a crear verdaderos imperios. Incluso el caso de Chiara Ferragni es digno de estudio en la Universidad de Harvard (muerta me quedé cuando lo leí).
Todo esto está muy bien y yo las aplaudo por lo que han conseguido. Han logrado que millones de chicas las idolatren y quieran seguir sus pasos. Lo malo es que estas chicas se creen que sólo con plantarse delante de una cámara con las últimas tendencias pueden llegar a obtener los mismos resultados. Y claro, así corremos el riesgo de quedarnos petrificadas cuando vemos ciertos looks.
Una de las tendencias que tiene más peligro es la del oversize (llevar prendas grandes). Primero porque no a todo el mundo le queda bien y segundo porque se les va de las manos cuando eligen la talla.
Sinceramente no me explico dónde encuentran estas prendas tan sumamente grandes, porque yo voy a las tiendas y no encuentro nada que sea tamaño "yeti".
Ya sabéis que yo soy contraria a la tiranía de la moda, apoyo la libertad de que cada uno vista como sea que le hace feliz. Pero estamos en una época en la que la libertad por la moda ha dado paso a "me pongo lo que sea que me dé dinero y fama". Y pasa lo que pasa...
¿Dónde está la clave del oversize bien llevado? En quitarle la ropa a tu novio, no a tu abuelo. O sea, una talla o máximo dos superior a la tuya, dependiendo de la prenda. Y si eres bajita, preferiblemente sólo una talla más. Gary Pepper nos enseña cómo el oversize no está reñido con la clase y elegancia, con este espectacular blazer rojo.
¿Os gusta esta tendencia? ¿Qué prendas elegís para llevarlo?
Fotos: Ohh Couture, Stryle T, Elle-May Leckenby, Maja Wyh, Cup of Couple.
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