La tendencia que jamás llegará al gran público

Pobres diseñadores, en cada colección (al menos cuatro al año) tienen que romperse la cabeza para idear nuevas tendencias (a veces ni se la rompen, se dedican a robárselas a otros). Pero por más que intento ponerme en su lugar, no hay forma de que entienda ciertas ocurrencias que tienen. En este caso me voy a referir a la que he auto bautizado: "sin manos me he quedado, total para qué las necesito". 

Esta manía que les ha dado de alargar las mangas de abrigos, jerseys y camisas hasta ocultar por completo las manos. A ver señores, ¿cómo diseñan ustedes? Seguro que necesitan las manos, ¿verdad? Pues nosotros también las utilizamos en el día a día, por si no se habían dado cuenta.

Lo más gracioso de todo es que hay gente que les sigue la corriente y se coloca todo aquello que les meten por los ojos, por muy absurdo que sea. Que no me vengan a decir que esto es bonito, porque no tiene ni pies ni cabeza. Y encima, ¡súper incómodo de llevar!

No sé cómo no lo vi venir cuando se empezaron a llevar las prendas oversize. Pero claro, una cosa es llevar una prenda algo holgada y otra cosa muy distinta no poder rascarte el ojo si te pica.

Yo intento averiguar lo que se les pasaría por la cabeza cuando dieron con esta idea. Pero sinceramente sólo se me ocurre que se les cayó una maceta encima y les nubló la razón. Una cosa es dejarte las mangas sueltas y que queden un poco más largas, pero esto ya es demasiado.

Enrique Iglesias debe estar regocijándose de gusto al ver que su "experiencia religiosa" ha hecho furor en las calles.

¿Pensáis también que no hay por dónde coger esta tendencia? ¿O por el contrario os gusta?

Fotos: Collage Vintage.

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